San Pedro Garza García es un foco de progreso económico y un emprendedor cultural importante en el estado de Nuevo León. Su privilegiada ubicación geográfica ha proveído a sus pobladores de los recursos necesarios para mantener su calidad de vida. El proyecto se ubica en la parte original de la Colonia del Valle, un prestigioso barrio de este municipio con una fuerte identidad cultural, que le provén de la afluencia social y la calidad contextual para convertirlo en una sede importante de reunión social.
Conocido como el Centrito Valle, la colonia resguarda patrones arquitectónicos que tienen en común un trazo modernista, circulaciones amplias, abundantes áreas públicas, y una unidad de materiales y elementos arquitectónicos de las cuales resalta el uso del ladrillo.Ideada en su mayoría como una colonia habitacional, la reciente introducción del concepto de marca y de autor ha creado una tensión programática que ve desplazada a la atmosfera residencial en favor de un creciente flujo comercial.
Esta apropiación inadvertida se percibe sensorialmente como un espacio desorganizado y desolado, donde proyecto y contexto fracasan en su cumplimiento conceptual, deteriorando las condiciones originales de la colonia. En su mayoría, los proyectos creados y restaurados aquí, conforman planes funcionales que olvidan su relación espacio-temporal en favor de un alto rendimiento económico.
Este proyecto actúa a disposición de su contexto, infiltrándolo volumétricamente y cromáticamente, haciendo predecible y claro su propósito iconográfico y satisfaciendo sus propias necesidades programáticas a través de una composición volumétrica, que concentra su fuerza visual rítmicamente, adaptándose al cambio de posición del observador, considerando su posible trayectoria y velocidad, para crear escenas a través de su dualidad perfectamente simétrica. Su ubicación, características constructivas, y orientación norte-sur le proveen de los factores necesarios para controlar las variables de iluminación, ventilación, protección solar, aislamiento térmico, impacto visual, impacto auditivo, y aquellas del funcionamiento y mantenimiento del proyecto.
Se resuelve en tres plantas, un semisótano iluminado naturalmente que funciona como estacionamiento y almacenamiento; una plata baja que se eleva 1.80m del nivel de calle para mantenerse visualmente accesible; y un mezzanine que aprovecha su altura para crear un espacio amplio y elevado. Dos circulaciones perimetrales conectan planta baja y mezzanine, procurando funcionar como una interrupción psicológica, resaltando las cualidades de cada uno por separado. El edificio es en su mayoría transparente de frente a fondo, aprovechando al máximo las vistas creadas, la iluminación natural, y manteniendo su compromiso con su naturaliza comercial. Aquí no hay espacios privados, solo servicios, comercio, y ventanales.